Preocupación de la CAC por el retroceso del proyecto de Ley Bases
La Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) manifiesta su preocupación ante el retroceso que el tratamiento del proyecto de Ley Bases registró anteayer en el Congreso Nacional. Como oportunamente lo señaló, la Entidad coincide con la orientación de la iniciativa en cuestión, enfocada en ordenar nuestro país y liberalizar nuestra economía, por lo que considera que lo ocurrido el martes es una señal negativa.
El Parlamento es el ámbito en donde se refleja la heterogeneidad del país. Es natural y bienvenido que así sea, pues la uniformidad es propia de regímenes totalitarios y felizmente los argentinos elegimos vivir en una democracia republicana. Sin perjuicio de lo anterior, debe advertirse que los debates no pueden ser eternos y que es necesario alcanzar acuerdos si queremos salir de la situación de franca decadencia en laque estamos.
La CAC considera que Argentina se encuentra en un momento crítico de su historia, en donde podemos optar por seguir en el sendero descendente que transitamos desde hace demasiados años o bien empezar a revertir nuestra realidad.
El Poder Ejecutivo necesita herramientas para llevar a cabo las imprescindibles transformaciones que debemos implementar para superar este triste presente, y muchas de esas herramientas requieren de aprobación legislativa.
Es por eso que exhortamos a la dirigencia política a actuar con la responsabilidad y la grandeza que el momento actual exige. No se trata de validar acríticamente cualquier idea que el Ejecutivo presente, pero sí de reconocer que Argentina necesita cambios de fondo y que la propuesta del presidente Milei recibió un contundente respaldo en las urnas hace menos de tres meses.
Oficialismo, oposición y la sociedad toda debemos hacernos cargo de nuestro rol en este momento histórico, lo que exige debatir con altura, hacer los mayores esfuerzos para lograr consensos y privilegiar el bienestar del conjunto. En otras palabras, asumir una actitud patriótica. No debemos permitir que miserias personales o la defensa mezquina de un interés particular minen las posibilidades de progreso de nuestra querida nación.